Fernanda Gastañaga detrás de la bata blanca
- Marisol Vaes
- 17 jul 2020
- 3 Min. de lectura
“Nunca te avergüences de dónde vienes, eso no debe serte una excusa, la clave siempre será no rendirse si realmente lo deseas”.

¿Quién no conoce las famosas tortitas de carne de LA LE LI LO LU? ¿Quién no las ha comido después de un clásico en el Tahuichi?
Fernanda es integrante de la familia emprendedora y fundadora de este snack muy tradicional en Santa Cruz de la Sierra y se ha dedicado a crecer personalmente juntamente con sus padres y hermanas.

Este año se graduó, en medio del caos ha aportado con sus conocimientos médicos a muchas personas: orientación, diagnóstico, seguimiento y tratamiento de manera gratuita.
Es la menor de 3 hermanas y todas han aportado tiempo de su niñez y juventud al negocio familiar, independientemente de sus propios proyectos, lo siguen haciendo.
Tu familia se dedica a la gastronomía boliviana y vos estudiaste la carrera de medicina en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”… ¿por qué?

Estudiar medicina fue un gran reto, pero pude llegar a la meta con dedicación y compromiso. El primer año me costó bastante, el cambio de estudio del colegio a la universidad, y los fines de semana ayudaba en el snack.
Elegí medicina porque realmente es una carrera que ofrece una fuente de inagotable conocimiento, me motiva conocer las enfermedades para curar y aliviar a las personas de sus dolores corporales y de sus penas del alma. Las personas sanas son felices.
La repostería es una de mis vocaciones, una habilidad aprendida y pulida, herencia de mi familia.

Tu carrera necesita invertir muchas horas de lectura, imagino que creaste alguna fórmula para ordenar tu tiempo.
Desde el principio entendí que organizarse es la clave para todo. Aprendí a hacer resúmenes con tiempo, no amanecerme, gracias a Dios a veces tenía tiempo libre e iba a entrenar. Los fines de semana ayudaba a mi madre con el negocio, me acuerdo que llevaba mis apuntes para leer, aunque ella me decía que no vaya, yo quería ir porque esa era la forma de pagarle los gastos que mis padres hacían por mí, les agradezco infinitamente, no todos tienen la posibilidad de estudiar.

¿Cuáles crees que han sido las cosas que te han ayudado a formar la Fernanda que presentas ahora?
Tengo 24 años y desde mis 16 quise ingresar algo de dinero para mí, comencé a vender chocolates en el colegio, después vendí flanes y gelatinas en puestos de kioscos y actualmente estoy vendiendo queques de zanahoria porque serán para mis estudios, quiero hacer una maestría en ecografía cuando todo se normalice.
No me avergüenzo de nada.
Mis padres me enseñaron a nunca desistir, siempre me dijeron que las cosas nunca van a ser grandes de la noche a la mañana y tenían razón, la siguen teniendo.
Abrieron un negocio de comida cuando eran muy jóvenes, en los 90’s, el cual no fue nada fácil, habían días que no se vendía casi nada. Hoy, después de 30 años nos sentimos felices por la satisfacción que se llevan los clientes después de consumir nuestros productos, están hechos con mucho amor y esfuerzo.

Fernanda es una joven admirable, he visto cómo ha sacrificado algunas actividades que le apasionan como la natación y el crossfit, pero se da sus escapaditas entre semana para realizarlas. Acaba de graduarse de una carrera universitaria, pero se ha ganado el reconocimiento de quienes la conocen, su entrega como hija, estudiante, repostera y joven, la hacen merecedora de un título en Todología y un espacio en este sector de jóvenes destacados.
¡Déjale un mensaje de apoyo de Fernanda!
Síguela en Instagram:
Dale like a LA LE LI LO LU en facebook:
Comments