Una mentira puede darle la vuelta al mundo antes de que la verdad tenga tiempo de ponerse las botas
- Marisol Vaes
- 6 jun 2020
- 3 Min. de lectura
¿Tan saturados de información estamos que somos fácilmente manipulados?

¡Que no te la charlen! Estos puntos te ayudarán a evitar el fraude y te acercarán al ilustramiento.
La situación del mundo está cada vez más compleja. El Covid-19 acaparó la atención global en todo el primer semestre del 2020, sumándose los conflictos sociales -que “casualmente” aparecen para rematarla- y los mediáticos temas políticos.
Cuanto mayor dificultad conlleva es el contexto, más intrincado resulta comprenderlo. Como jóvenes que tratamis de entender y ordenar, más cernir, la avalancha de información que nos presentan a diario, somos propensos a equivocarnos la posición y/o juicio a vertir.
Estamos todo el tiempo a manos llenas con datos, novedades, exclusivas, escándalos de toda índole. Las redes sociales son bombardeadas con publicidades, propagandas, noticias (falsas y reales), debates, opiniones por doquier, haters, tik tokers... y así, una lista interminable que contribuye al pensamiento superficial y un mejor análisis de la realidad.
Para que no te tomen el pelo, te aconsejo estos puntillos a continuación:
Adquirir sano escepticismo:
El escepticismo está definido como desconfianza o duda sobre la verdad que nos presentan. (RAE)
Filosóficamente consiste en afirmar que la verdad absoluta no existe, o que si existe, el ser humano es incapaz de conocerla en su totalidad.
Corroboro el consejo que te han dado muchas personas que admiras como algún familiar, docente o mentor: ¡pregunta y analiza todo!
No quiere decir que te conviertas en un paranoico conspirativo, sino de encontrar el equilibrio necesario para evitar que te vacilen.
2. Evitar el fanatismo:
Podés seguir a alguna personas y estar de acuerdo con sus ideales. Ésta se vuelve errónea cuando los pensamientos que crees absolutos se endurecen ante todo cuestionamiento o contrariedad; algo tan sagrado para vos que es imposible ponerlo en tela de juicio.
El fanatismo, defendido a capa y espada, confunde y desorienta la realidad dificultando el desarrollo del conocimiento para el descubrimiento de una posible verdad.
El dogma es un sistema de pensamientos irrefutables e incuestionables para cada uno, no puede caber la menor duda. Esto representa un gravísimo error y crea un abismal espacio para errar meter las 4 patas.

¿De tú a tú?
Podés optar por ser pragmático.
Esto implica actuar y/o conducirse a un criterio válido para juzgar la verdad de las acciones de los demás, considerando únicamente sus efectos prácticos y no teóricos.
Opte por hacer eso que es más conveniente de acuerdo a las circunstancias.
3. Internet: ¿amo, señor y dueño de la verdad?
¡A las personas les encantan las historias!
Aprovechando la cantidad de seguidores, “prueba” de su popularidad, los artistas y celebridades son potentes agentes de credibilidad.
A su vez, los titulares mediáticos, exagerados y morbosos algunos en el rubro de la prensa escrita son creídos y jurados casi instantáneamente luego de leerlos. La mayoría de ellos no se detienen a analizar o entrar a la nota confirmando la fuente.
Mi pasión por la lectura en general y la introducción del estudio de la semántica, agregando un poco de instinto mas sentido común, me han permitido discernir en muchas ocasiones lo real de lo incierto.
Esta capacidad se puede adquirir y potenciar mientras más leemos.
4. Medios, amarillismo y propaganda:
Aprender a escuchar, analizar y luego dar opiniones. Los medios suelen ser sensacionalistas y exagerados, hasta amarillistas- es vital tratar de comprender realmente la noticia, verificar las fuentes de donde proviene la información y la fidedignidad investigando la misma.
Dejarse llevar por el impulso de las primeras impresiones va en contra de las conclusiones basadas en el razocinio.
Empoderarnos como jóvenes significa salir de los encasillamientos que nos han dado mala fama como el ser el sector menos ocupado o preocupado por nuestro entorno.
Somos importantes y claves para la opinión pública; estos días he escuchado bastante acerca de las personas que exigen derechos, no deben olvidarse que también tenemos obligaciones, y una de las prioridades entre éstas es el estar muy bien informados participar activamente para el debate y resolución de nuestros tópicos.
Concluyo con una frase que decía un maestro mío cuando estaba en secundaria: “hombre informado, hombre libre”.
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